Introducción al IoT en la empresa: primeras oportunidades
Se estima que para el año 2025 existirán más de 80mil millones de dispositivos conectados.
Hace unos años que oímos hablar sobre el Internet de las Cosas (IoT, Internet of Things) como una apuesta de futuro, pero hoy en día ya es toda una realidad. Y no ha hecho más que empezar. Cada vez es más frecuente encontrarnos con dispositivos conectados entre sí y/o a internet, permitiendo un control remoto de servicios, actividades o datos que abren una amplia ventana de posibilidades.
IoT es un conjunto de tecnologías y casos de uso que no tienen una definición única y clara, pero básicamente podríamos decir que es un nuevo mundo, así como nuestro internet, pero en este caso donde se intercomunican las cosas entre sí, o más puntualmente: los dispositivos transmiten entre ellos diferentes variables recolectadas por distintos tipos de sensores.
Esto permitirá la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y el negocio actual de las compañías, haciéndolas más eficientes y facilitando la creación de nuevos servicios y modelos de negocio.
¿Qué puede aportar el IoT a cualquier tipo de negocio?
Ventajas competitivas y valor añadido
IoT incorpora nuevas funcionalidades y servicios que aportan valor añadido a las empresas, facilitando que éstas se diferencien frente a otras ofertas. Por ejemplo, el uso eficiente del suelo, riego y fertilizantes gracias al uso coordinado de sensores dará lugar a productos mucho más frescos y, a su vez, sostenibles con el medio ambiente.
Eficiencia en procesos y operaciones
Gracias a la información en tiempo real sobre el estado de los productos y/o servicios, se pueden optimizar los procesos y mejorar su productividad. Iot permite, por ejemplo, identificar de forma precisa los tiempos para el traslado de un cargamento de flores desde Colombia a Europa, con el fin de que lleguen en el mejor estado, minimizando casi por completo los desperdicios.
Disrupción en modelos de negocio
Facilita la creación de nuevas líneas de negocio y fórmulas de consumo para los clientes, como Sharing Economy o Pay per Use, donde participan infinidad de agentes de forma coordinada. Un ejemplo sería un hotel cuya disponibilidad y menús estuvieran completamente coordinados de forma autónoma con los autobuses turísticos que vayan a llegar.
Conocimiento más profundo del consumidor
Al disponer de más información y datos, se obtiene un mayor conocimiento de lo que el cliente desea, en el momento justo de la producción o gestión del producto.
– Optimización en eficiencia y reducción de costes en una cadena logística de principio a fin.
– Mayor eficiencia en sistemas informáticos complejos, minimizando plataformas y errores humanos.
– Interacción automática y autónoma entre sensores, identificando puntos de fallo rápidamente, y aumentando la eficiencia de los procesos.
– Visualización en tiempo real de productos y cadena de producción, reduciendo costos por modificaciones y mejorando su redireccionamiento.
1. Identifica un problema o necesidad en tu producto o servicio.
2. Pregúntate y analiza: ¿Es IoT la mejor manera de abordarlo? ¿Realmente podemos solucionar el problema? Mediante esta tecnología, ¿resultaría costoso o eficiente?
3. Revisa el ecosistema tecnológico: ¿Qué cosas ya existen que puedo utilizar para solucionar mi problema? ¿Qué me faltaría?
4. Prototipa tu idea, realiza un modelo a escala para visualizar y evaluar el impacto de la solución.
5. Pausa, reflexiona y ajusta tu prototipo
Con tu prototipo en pleno funcionamiento habrás logrado solucionar un problema o mejorar un proceso gracias a tecnología IoT, pudiendo ahora masificar e industrializar su producción. Es importante que a lo largo de todo el proceso estemos acompañados de especialistas con gran experiencia en integración de sistemas y tecnología, que actúen como facilitadores e interlocutores entre los diferentes agentes, minimizando así el riesgo y para abordar con éxito los desafíos que plantea el IoT.