Internet de las cosas para las personas mayores
Con el objetivo de potenciar la personalización de los tratamientos y apoyar y mejorar la calidad de vida de las personas mayores y enfermos de Parkinson, se ha desarrollado un sistema que aplica la tecnología de Internet de las Cosas para facilitar el control de parámetros de estos pacientes.
Este nuevo sistema se está integrándo con una plataforma tecnológica, denominada AIOTES, para facilitar el acceso a los datos y la creación de nuevos servicios de salud.
Tal y como afirma Enrique de la Vega, responsable de la gestión de productos de innovación digital en las áreas de Salud y Social de Eurecat, este innovador proyecto “recopilará información de forma remota y la aportará a los profesionales, con el fin de adaptar mejor los tratamientos a partir de información continua y fiable”.
En este sentido, esta iniciativa “proporciona una tecnología eficaz para gente mayor, personas frágiles y sus cuidadores, para hacer el seguimiento de la información recogida a través de dispositivos como por ejemplo sensores de movimiento y otros parámetros ambientales”. El objetivo “es obtener información cruzada que pueda ayudar a los cuidadores a tomar mejores decisiones y que los pacientes y sus familias vivan con más autonomía y calidad de vida”, apunta este experto.
A este respecto, la finalidad es “contribuir a uno de los objetivos principales de la Organización Mundial de la Salud para promover el envejecimiento activo y saludable, creando entornos y oportunidades que permitan a las personas ser y hacer aquello que valoran a lo largo de la su vida”, destaca Felip Miralles.
El proyecto aprovechará las plataformas Ekauri y Ekenku desarrolladas por Eurecat, las cuales permiten el seguimiento remoto de hábitos, de rutinas y del estado de salud de personas mayores o dependientes en su vida diaria en casa, e integrará un innovador dispositivo médico, denominado STAT-ON, que permite medir parámetros específicos para la enfermedad del Parkinson.
De este modo, será posible controlar los indicadores de salud de un grupo de usuarios que padecen la enfermedad y, según incide Miralles, “este conocimiento ayudará a los profesionales a adaptar mejor los tratamientos u otras tareas relacionadas con su evolución”.